Los días 2 y 3 de Julio de 1986 los luchadores por la Democracia de todo Chile, y particularmente los jóvenes, se movilizaban para participar de la más grande de las Protestas Nacionales contra la Dictadura de Pinochet. El acto de protesta había sido convocado por la Asamblea de la Civilidad, organismo que agrupaba a todos los actores políticos que luchaban contra la Tiranía y la Dictadura de Augusto Pinochet..
En las poblaciones Los Nogales y La Palma, como en tantos lugares, se preparaban las barricadas que iban a ayudar a paralizar el país. Antes de las 8 de la mañana del miércoles 2 de julio Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana, ambos de 19 años, salían de casa de sus familiares movilizándose hacia Avenida General Velásquez. Una patrulla militar los intercepta. La mayoría de sus acompañantes logra evadir la encerrona pero los militares logran detener a Rodrigo y a Carmen Gloria. Luego se sucedió uno de los crímenes más horrendos de la Dictadura: los militares los rocían con bencina y les prenden fuego, y observan cómo ambos jóvenes se queman. Para asegurar la impunidad del crimen los mismos militares los suben a una camioneta y los abandonan camino a Quilicura. Rodrigo muere cuatro días más tarde en la Posta Central producto de las terribles quemaduras que cubrían más del 90% de su cuerpo; Carmen Gloria sobrevive a pesar de que también gran parte de su cuerpo resultó gravemente dañado.
Sin el sacrificio de Rodrigo, de Carmen Gloria y de tantos jóvenes en la década de los ’80 no habría sido posible poner fin a la Dictadura. Recordarlos hoy es hacer memoria de que la única manera de producir cambios es con movilización y verdadero compromiso por generarlos, tal como nos han demostrado los jóvenes de hoy, estudiantes secundarios y universitarios.
Loa antofagastinos Illapu, le escribieron una canción que esta contenida en el álbum "Para Seguir Viviendo" de 1988
Loa antofagastinos Illapu, le escribieron una canción que esta contenida en el álbum "Para Seguir Viviendo" de 1988
Las hojas rojas que crecen
que crecen llenas de espanto
sofocan mis movimientos
ahogan mi corazón
y queman mi sentimiento
ahogan mi corazón
y queman mi sentimiento.
Las hojas ya no son hojas
son llamas que trae el viento
que crecen llenas de espanto
ahogan mi corazón
y queman mi sufrimiento
ahogan mi corazón
y queman mi sufrimiento.
Las llamas que trae el viento
y que mi sudor no apaga
levantan una muralla
con bencina y con metralla
Las hojas ya no son hojas
son llamas que trae el viento
y en el medio de esas hojas
mi voz seguira viviendo,
mi voz seguira viviendo,
Rodrigo Rojas en llamas
tu voz seguira viviendo.